Ahora que se acercan las fechas más calurosas llega el cambio de armario: los jerseys de lana pasan al fondo del arcón mientras que vuelven las camisetas de asas y los pantalones cortos. Lo mismo nos pasa con la ropa de cama. Guardamos mantas, edredones y sábanas de franela y rescatamos esas sábanas tan fresquitas que tenemos para verano, tapándonos con una fina colcha. Pero claro, con tanto guardar, muchas veces no nos preocupamos de en qué condiciones estamos guardando prendas que querremos seguir conservando durante muchos años, por lo que, atentos a estos consejos!
Lo primero de todo, los edredones. El edredon infantil es una de las prendas de cama que más sufre. Entre el sudor, posibles escapadas de pis nocturnas y los juegos, los edredones de los niños suelen tener una vida en buenas condiciones baja, por eso cuando lo guardemos tenemos que intentar hacerlo bajo las mejores condiciones. Lo mejor para guardar un edredón y que éste no se resienta es que esté lo más estirado posible, por ejemplo, dentro del somier de una cama, estirado o sólo doblado a la mitad. Podemos cubrirlo con plástico, pero al ser un lugar que está cerrado, apenas cogerá polvo o mal olor, pues podemos proveer este somier de ambientadores que hagan que no coja ese olor a cerrado tan característico.
Si no tenemos este tipo de somieres, la otra mejor opción es embasarlo al vacío. En bazares venden unas bolsitas especiales para embalar a las que se les quita el aire con una aspiradora. De esta forma el edredón no coge polvo ni olor, y sobre todo, no ocupa apenas espacio, que ese es otro de los males de guardar cosas en verano.
La ropa de invierno ocupa el triple que la de verano, por eso es un problema que nos podemos encontrar más en estas fechas. Para eso, siempre tenemos la opción de trasteroslowcost.es, donde podrás alquilar un trastero a muy bajo precio y evitar tener en casa cosas estorbando que no usarás hasta dentro de muchos meses. Yo que soy fan de no tener bártulos por ahí, adoro esta opción. Un trastero siempre es un buen lugar para guardar (que no acumular).