Maneras de ahorrar energía eléctrica en casa con 10 consejos

¿Te imaginas vivir sin electricidad? Seguro que no. Hoy en día la energía eléctrica es necesaria para poder desarrollar tus rutinas cotidianas. Ya no somos capaces de imaginarnos un mundo sin luces, radio, televisión, neveras, microondas, agua caliente u ordenadores, entre otra muchas cosas. Sin embargo, cada vez que accionamos un interruptor estamos haciendo un gasto energético que repercute en nuestra cuenta corriente y en la contaminación del medio ambiente. Por eso, para conseguir que llegar a fin de mes no sea un suplicio, es importante adquirir una serie de hábitos, que no conlleven ningún costo adicional.

Ahorra energía y lo notarás a fin de mes
Si sigues una serie de medidas puedes convertir tu casa en un lugar mucho más confortable y más eficiente. Uno de los casos más claros en el desperdicio energético es el mal uso de la calefacción. Mantener la casa a temperaturas altas durante todo el día supone un gasto innecesario. Por este motivo, si quieres reducir un ocho por ciento del total del consumo, baja el termostato 10 ºC durante la noche y cuando no estés en casa.

No obstruyas el calor
  • A la hora de colocar los muebles de tu casa es importante que no obstruyas los radiadores. El mantenimiento y la limpieza de los focos de calor también es fundamental para conseguir que el calor se distribuya bien, por este motivo, es importante limpiar el polvo de todos los calentadores y conductos de la calefacción para evitar que éste haga de barrera. También procura limpiar los filtros de la caldera de forma regular y así el trabajo de ésta será mucho más efectivo.

  • La luz solar es una forma de calentar tu casa de forma natural y de la que, en muchos casos, no sabemos sacar provecho. Durante la época de frío deja las cortinas y las persianas abiertas durante el día en el lado sur de la casa, para que entren los rayos solares, y ciérralas durante la noche para disminuir la bajada de temperaturas que se produce por el enfriamiento de los cristales.

  • El verano es otra estación dura y desde hace años se instalan con más frecuencia aparatos de aire acondicionado. Para evitar que estos sistemas de refrigeración gasten más de lo aconsejado ajusta el termostato de forma que no exista mucha diferencia entre la temperatura de la calle y la de tu hogar. De lo contrario, lo que provocarás será un enfriamiento excesivo y un gasto innecesario.

  • Una forma de distribuir correctamente el aire es ayudarte de un ventilador, que te repartirá el frío por toda la casa sin mucho gasto de energía. En la época estival es recomendable cerrar las cortinas por el día y así evitar el calentamiento que produce la luz solar.

Una buena orientación
El paisajismo es una manera natural y estéticamente agradable de reducir los gastos de energía. Si plantas un árbol, un arbusto o una enredadera en el lugar adecuado no sólo otorgarás calidad ambiental, sino que recibirás sombra, protección del viento y facturas más bajas.
La orientación de la casa y del terreno que la rodea influye de manera determinante en el consumo de energía de una casa. Una vivienda bien situada reduce al mínimo los efectos de los vientos del invierno y deja entrar los rayos del sol de baja inclinación, que contribuye a reducir el costo de la calefacción. También rechaza el sol de verano, que cae en sentido vertical, lo que ayuda a que no gastes innecesariamente para enfriar tu casa.
Agua caliente
Hay dos modos de reducir la cantidad de energía que utilizas para calentar el agua; utilizar menos agua y/o usa agua fría y disminuye unos cuantos grados la temperatura de tu calentador.
Otra de las recomendaciones más eficaces es cerrar la llave del agua caliente siempre que no vayas a hacer uso de ella, ya que aunque no abramos el grifo en esta posición, se está usando energía para calentar el agua.
Electrodomésticos, grandes consumidores
La cocina es uno de los lugares de la casa donde más tiempo pasamos al día y por lo tanto donde más energía derrochamos. En la mayoría de las viviendas los electrodomésticos consumen el 20 % de la energía del hogar.
  • Cuando utilices el lavavajillas sólo tienes que raspar los platos para quitar las sobras. Sólo es recomendable enjuagarlos o ponerlos en remojo cuando se han quemado o cuando la comida ha quedado endurecida. Deja que la vajilla se seque al aire y si tu aparato no tienes un ajuste automático para evitar el secado, páralo un poco antes de que termine el programa y deja la puerta medio abierta.

  • Otro de los electrodomésticos que más energía consumen son las neveras. Para que no pierdan frío es conveniente que se cierren herméticamente. Para comprobar si lo hace, puedes cerrar la puerta sobre una hoja de papel de tal modo que una mitad quede dentro y otra fuera del refrigerador. Si puedes tirar de la hoja y sacarla con facilidad eso quiere decir que tu nevera necesita ajustar el cerrojo o arreglar las gomas.

  • A la hora de cocinar existen muchas formas de ahorrar energía, como por ejemplo preparar raciones dobles y después congelar la mitad para otro día. En los electrodomésticos de gas, fíjate que la llama sea azul; cuando ésta es amarilla indica que el gas no está quemando de forma eficiente y puede necesitar ajuste.

  • Si quieres calentar agua hazlo con la cacerola tapada, es más rápido y emplearás menos energía. Combina el tamaño de la olla con el del quemador; cacerola pequeña, parrilla del quemador pequeña y al revés.

Además ten en cuenta que las ollas a presión y los microondas ahorran energía porque reducen de forma considerable el tiempo de cocción.
El 80% de energía que consume una lavadora la emplea para calentar el agua. Por ello, existen dos formas de reducir el consumo: utilizar menos agua y lavar en agua más fría. Salvo que se quieran limpiar manchas rebeldes como las de aceite, los programas de agua tibia y fría son adecuados para hacer la colada. Para no gastar energía de forma innecesaria, procura poner la lavadora en funcionamiento siempre que tengas el tambor lleno, y si no es posible ajusta el nivel de agua.
Iluminación
Aumentar la eficiencia de la iluminación es sencillo y una de las formas más fáciles para ahorrar energía. Si cambias el 25% de las luces de tu casa por lámparas fluorescentes en las zonas de mayor uso, podrá ahorrar el 50% de la factura de luz. Otro consejo muy útil es apagar las luces de las habitaciones en las que no hay nadie.
Acuérdate de seguir siempre estos pasos y ya verás lo que te ahorras en energía y lo que agradecerá tu bolsillo esa bajada en la factura de fin de mes.