Cuando llegué a mi piso por primera vez me encontré con unos muebles muy actuales pero faltos de vida, lo que suele pasar cuando te mudas a un piso vacío. Fue dura la tarea de escoger todo aquello que considerase «muy yo» para poder convertir el piso en mío, con mi esencia. Hubo tres cosas que tuve claras desde el minuto 1: quería que hubiese flores constantemente, por eso en mi casa siempre suele haber un ramo de margaritas blancas, además de un ramillete de lavanda; quería combinación de velas y madera, pues da un toque romántico que me encanta; y mínimo, quería algo de mimbre, ya fuese con cestos de mimbre o con un corazón decorativo de mimbre.
Al final me decanté por una cesta en tonos grisáceos, y forrada en tela por dentro, donde meto toda esa ropa que tengo que planchar, pero que pospongo 🙂 Me encantan las cestas de mimbre, por mí tendría más por toda la casa, pero soy consciente de que menos siempre es más. También tengo una cestita de mimbre en el baño dondepongo las próximas muestras a usar.
Encontrar cestas de mimbre me costó bastante, pues la mayoría que encontraba más que mimbre eran de una imitación hecha a base de plástico, y eso no cuadra nada conmigo, por eso empezó el turno de buscar por internet alguna cestería y tienda de mimbre online. Y es ahí donde pude encontrar cestas de todos los tamaños y modelos, desde cestos para guardar ropa o juguetes hasta cestas para hacer algún regalo especial, incluso se pueden hacer a medida.
Pero no sólo se encuentran cestas, sino que también podemos encontrar otros productos de cestería como sillas o mesas que pueden dar ese toque exclusivo a cualquier estancia. Tenemos que apostar por la artesanía en productos tan tradicionales como estos, para convertir cada producto en único, una auténtica herencia familiar mezclando tradición y diseño.