A simple vista, los cactus pueden parecer unas plantas bastante sosas y que además no se dejan tocar porque tienen toda su superficie cubierta de espinas. Pero los cactus son mucho más que un simple vegetal y necesitan ciertos cuidados.
Se usan en algunas cocinas regionales para confeccionar platos exóticos y originales, tiene muchos usos en medicina y se siguen empleando como remedios caseros para diversos tipos de afecciones. Otros, como el San Pedro o el Peyote, son conocidos por sus efectos alucinógenos. Incluso algunos como el Ceres peruvianos, absorben las radiaciones nocivas que emiten ciertos electrodomésticos.
El ser humano tiene una tendencia inexplicable a coleccionar objetos. Y los hay que encuentran a los cactus encantadores y maravillosos. De hecho si existe un sinfín de clubes y asociaciones de coleccionistas de cactus, por algo será. Según los amantes del cactus, estos vegetales pueden llegar a adquirir formas realmente atractivas y producir floraciones que se convierten en un espectáculo de color.
Muy pocos cuidados
Los cactus parecen ser las plantas ideales para decorar aquellas casas habitadas por personas que nunca tienen tiempo para nada. No requieren demasiados cuidados y pueden resultar agradables a la vista. (Decoración de jardines pequeños: 10 ideas para decorar tu jardín)
Cualquiera puede convertirse en un coleccionista –si realmente le gustan estas plantas con espinas- o en un simple propietario de cactus. Sólo hace falta un requisito indispensable: que le gusten las plantas. Al contrario de lo que se cree, no hace falta tener un gran jardín. Basta con una pequeña terraza, y así, por ejemplo en uno o dos metros, se pueden tener hasta sesenta y cuatro macetas de doce centímetros cada una.
Los cactus no son como los bonsáis, pero su adaptación a pequeñas macetas no supone ningún impedimento. Además, la gama de especies enanas es muy amplia y producen floraciones que según los expertos son espectaculares.
El cultivo del cactus no requiere de grandes conocimientos de jardinería y botánica. En invierno no necesitan agua. En verano, muy poca y algo de abono. Y su ubicación debe estar orientada hacia una ventana soleada. Cuidados mínimos con los que el cactus puede llegar a vivir muchísimos años. Y, si se pretende que adopten una forma determinada o controlar las floraciones, se requiere, entonces, de conocimientos algo más avanzados.
Miles de variedades
A la hora de elegir la clase de cactus que se quiere cultivar, hay que tener en cuenta la climatología del lugar donde se van a desarrollar. Hay cactus originarios de zonas andinas que pasan todo el invierno bajo la nieve y que pueden llegar a resistir temperaturas muy bajas. Los hay que proceden de zonas áridas y desiertos y que aguantan años sin una sola gota de agua. Y los hay selváticos y tropicales, que al contrario que los anteriores, pasan gran parte del año bajo lluvias y con una humedad constante muy alta.
La variedad no sólo depende de la climatología, sino que el número de especies existentes es muy elevado: hay más de dos mil quinientas especies conocidas. Si además, se añaden las variedades y los híbridos se puede llegar a más de diez mil formas diferentes.