Las temperaturas evidencian que el verano ya ha llegado y es el momento de aprovechar esas horas libres para broncear la piel o refrescarnos en las piscinas. Pero también es la hora de dar protagonismo a esas zonas de tu casa que sólo disfrutas en esta estación. Hablamos de los jardines, un espacio que invita al esparcimiento y al ocio, tanto de día como de noche y que, además, proporciona colorido a tu vivienda.

Por lo tanto, antes de darle forma, deberás tener en cuenta de qué tiempo dispones para cuidarlo, el gasto que puedes asumir y qué uso le vas a dar. En algunos casos, los jardines pequeños  pueden ser un surtido de especies vegetales en el que se respete al máximo el medio ambiente, como si de un reflejo del campo se tratase. En este caso, lo importante será adecuar y combinar correctamente las diferentes texturas y colores de las plantas. De esta forma, tus zonas verdes lucirán una inmensidad, pero debes aceptar que su uso será meramente contemplativo.

Por otro lado, tienes la posibilidad de aprovecharlo, no sólo como paisaje sino también como una zona práctica de tu casa. Es muy probable que te apetezca combinar las zonas verdes de tu jardín con una zona donde poder pasar veladas al aire libre y así comer o cenar mientras disfrutar de las cálidas temperaturas veraniegas.

Las flores y plantas constituyen el punto fuerte de los jardines, tanto pequeños como grandes, así como de las terrazas. En ellas reside el mayor atractivo, por lo que la elección de unas u otras también debe ser importante.

La selección dependerá de las horas de exposición al sol o de la sombra que reciban, de la compatibilidad entre las diferentes especies, además de una combinación correcta de los colores.

La vegetación refleja el gusto y la personalidad de su habitantes y por este motivo no se debe dejar todo en manos de un jardinero, ya que éste imprimirá un toque impersonal que, quizás, haga que tu jardín pierda el toque acogedor y cálido que deseas.

Para que el jardín no parezca un muestrario, lo mejor es plantar poca variedad, pero mucha cantidad de especies. Es decir, el criterio fundamental será unificar. Lo mismo pasa con los colores, no se trata de amontonar unos con otros sino de seguir un estilo de decoración.

Una opción muy usual es dedicar algún espacio al césped ya que su color es muy relajante para la vista y su alfombra mullida incita al descanso.

Además, las superficies cubiertas de esta hierba cumplen la función de fondo decorativo ya que resaltan los macizos de rosales, los árboles ornamentales- aislados o en forma de bosquecillos- y destaca las tonalidades de las plantas con flores. Sin embargo, es muy importante que lo mantengas impecable, pero ¿cómo se consigue? Riégalo todos los días, fertilízalo en otoño y primavera para realzar el color, y airea la tierra como se hace en los campos de golf.