Casa nueva, vida nueva. Eso dicen, ¿no? La verdad es que tampoco tiene porqué ser así; simplemente, adecua tu nuevo espacio físico a tu personalidad, de forma que no notes en absoluto la diferencia y te sientas, nunca mejor dicho, como en casa.
Independientemente de si estás ante tu hogar definitivo (la ansiada vivienda propia a la que casi todos aspiramos), o ante una ubicación temporal, trata por todos los medios de que este nuevo hogar sea todo lo cómodo posible. Tienes distintas formas de decorar tu casa moderna (desde las más económicas y sencillas a las más complicadas y también más caras), pero una sola máxima imperativa: hacer de tu casa un verdadero hogar.
Por otro lado, es muy importante que respetes en la decoración de esos interiores en los que se va a desarrollar tu vida las características esenciales de tu personalidad: evita los muebles antiguos y vistosos si tu forma de ser es práctica y muy moderna, por ejemplo, o te encontrarás encajonada en tu propia casa.
Elige en función de tu personalidad
- Si eres una mujer práctica, volátil y muy moderna, vamos, toda una mujer del siglo XXI, debes decantarte por una decoración modernista. Utiliza muebles ligeros, de colores puros y muy de moda, como son negros, blancos o metalizados. Procura no recargar en demasía los espacios, sino dejar amplios huecos libres en los que te puedas desenvolver con comodidad.
- Intenta, por otro lado, jugar con las luces. Las paredes blancas suelen ser ideales para este tipo de decoración, ya que dejan que la luz que entra por los ventanales (que has de procurar que sean sólo cristal, como mucho con persianas toldo) se propague por toda la habitación.
- En lo que se refiere a tu dormitorio, elige una cama lo más funcional posible. Olvídate de las florituras y marca la linealidad; te sentirás a tus anchas.
- Eres activa, trabajadora y moderna para lo que quieres, pero no puedes evitar tener un aire romántico y clásico a la hora de elegir un ambiente en el que vivir. Eres una mujer clásica y tu casa debe dar muestras de ello.
El recurso de los espejos con marco para decorar cualquier trozo de pared que quede libre es uno de los más recomendados en este tipo de decoración. Además, los espejos darán sensación de mayor espacio en la habitación, con lo que ese espacio que ganas ópticamente te dará licencia para “recargar” un poquito más la decoración que en el caso anterior.
- En cuanto a la cama, ¿recuerdas las camas idílicas con velos que salen en las películas de época? ¿Te gustaban, verdad? No es necesario ser Josefina, ni Sisi para dormir en ellas…, pero intenta adaptarlas a la época. Los cabeceros hechos a base de forja, por ejemplo, son otra opción para este tipo de decoración clásica con un toque romántico.
- Te encantan las esencias naturales, los inciensos, las velas y todo lo que de a tu imagen un aspecto de naturalidad, ¿verdad? Para mujeres naturales, como tú, existen multitud de alternativas a la hora de decorar la casa. Puedes convertir tu hogar en un pequeño templo de relajación en el que te sentirás como en la gloria, acondicionándolo con aromas esenciales e inciensos.
- Utiliza telas de fantasía para decorar paredes y techos, alfombras, mesitas bajas y “pufs” que repartirás a lo largo del suelo. Este tipo de decoración permite una gran movilidad, ya que casi todas las piezas son perfectamente móviles e intercambiables.
- En cuanto a tu cama, ¿has pensado en dejar un colchón sobre el suelo, sin somier? Coloca un tapiz o gran pañuelo con motivos orientales sobre la pared y orienta la cabecera a la salida del sol.
Cuestión de espacios
Independientemente del tipo de persona que seas y del hogar que quieras decorar, es importante que aproveches al máximo los espacios. No se trata de que comiences a recargar una habitación hasta que prácticamente sea imposible estar en ella sin chocarte con ningún mueble, sino de que no desaproveches ese rincón del salón, por ejemplo, sin utilidad aparente.
Aprovechar los espacios al máximo puede permitirte combinar varios estilos de decoración y, aún, de vida. Si tienes un salón muy amplio, por ejemplo, y un rinconcito del mismo está en desuso, marca su propio territorio. Decóralo de una forma distinta a la del resto del salón y déjalo como tu reducto para relajarte, leer o escuchar música. El cambio de ambientes te sentará muy bien y será divertido para las visitas. ¿Te atreves?